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Hoy domingo 16 de julio del 2017, las organizaciones de la sociedad civil, ciudadan@s no militantes en partidos, miembros de los partidos del sistema y de los alternativos, profesionales, venduteros, chiriperos, policías, militares y hasta cientos de sacerdotes, marcharon por todo el centro-sur del Distrito Nacional en protesta contra la corrupción y por el fin de la impunidad.
Desde el 22 de enero, miles de dominicanos en los cuatro puntos cardinales (marcha de Santiago, marcha de San Francisco de Macorís, marcha de San Pedro de Macorís, marcha de Puerto Plata, marcha de Santo Domingo Este, marcha de Azua de Compostela) se han movilizado pidiendo a gritos un cambio de rumbo en todo el país.
Increíble coincidencia que cada una de las marchas se escenificó en lugares en donde hubo alzamientos independentistas en 1844 y 1863 (Distrito Nacional, Azua, Santiago, Puerto Plata, Moca, San Francisco de Macorís, Santo Domingo Este). También en sitios en donde está asociado el nombre o la presencia de la figura de Juan Pablo Duarte (San Francisco de Macorís es provincia Duarte, en San Pedro de Macorís, vivió el hermano mayor de Duarte y el municipio Santo Domingo Este comienza al otro lado del rio Ozama, en lo que se conoce como Villa Duarte; en Santiago proclamaron presidente a Duarte y en Puerto Plata fue hecho preso el patricio). Casualidad o destino?
Las marchas verdes parieron el “Movimiento Verde”, una fuerza social eminente que encabeza una revolución pacifica que busca transformar el país en todos los órdenes: económico, político, institucional y cultural. Este hecho, representa un cambio radical frente al tipo de lucha tradicionalmente violenta al principio en el país, con soluciones pacíficas o negociadas al final del conflicto. Será al revés en esta ocasión?
Al respecto, dijo recientemente, Monseñor de la Rosa y Carpio en su cuenta de twitter, lo siguiente:
“A 52 años de la gesta de abril, vemos otra revolución, sin sangre, de color verde, que puede cambiar nuestros males sociales y políticos.”
