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Por Robert Vargas Parece que las cosas tienden a salirse de control en algún lugar. Sin embargo, quienes han concebido la posibilidad de asesinar a ese regidor, deben tener en cuenta que ese podría ser el mayor error de su vida y que las consecuencias de un hecho tan brutal podrían ser catastróficas.
Ese no es un regidor cualquiera.
Es uno de los más capaces que hay en aquel Concejo y llegó al cargo no por que se lo regalaron, sino por habérselo ganado en base a un trabajo duro, persistente y tras mantener toda su vida una trayectoria limpia.
Esto sin contar con el enorme carisma que posee y con el se ha ganado el cariño de toda su comunidad.
Ya en su circunscripción la gente se va enterando poco a poco de los planes que hay para, eventualmente, asesinarle a él, a uno cualquiera de sus hijos o a su bella y elegante esposa.
El mensaje que envió aquella persona llegó y, claro está, esa persona no puede pretender que el regidor se va a sentar a esperar a que lo asesinen. Claro está, él no cuenta con armas para defenderse, pero tiene a un pueblo entero que lo ama.
El concejal debe saber que cuando la comunidad completa se entere de lo que sucede, se volcará para defenderle.
Sin embargo, lo mejor es evitar que le den “el palo”, porque “después del palo dao, ni Dios lo quita“.
De quienes podrían poner en ejecución las eventuales acciones macabras ya comienzan a surgir informaciones y se conocen en de sus andanzas en el lugar donde nació y creció.
El “delito” de este regidor, si es que ha cometido alguno, es apegarse a la ley y ser lo más recto posible en el cumplimiento de sus funciones.
Varios de sus colegas, por motivos estrictamente personales, es posible que lo hayan traicionado. Los traidores siempre son mal recordados en la historia.
Nadie mencionará sus nombres, pero sus acciones los delatarán.
Mientras tanto, los hijos del regidor continuarán asistiendo a la escuela, la esposa no dejará de ir a su atrabajo y él no abandonará el cargo para el que fue electo en aquel ayuntamiento.
Ojalá que el regidor ni ninguno de los suyos sufran ni siquiera un accidente de tránsito, ni que sean víctimas de un supuesto atraco.
Así es que, quien ha enviado el tenebroso mensaje, debe saber que el mensajero lo entregó y que, si cumple su amenaza, aunque él nunca ha perdido un pleito, este podría ser el peor error que cometa en su vida porque la población ni el país se quedarán de brazos cruzados.
¿Que en cual Ayuntamiento y municipio ha está ocurriendo esto?
La respuesta a esa pregunta se la dejamos de tarea.
