video campesinos con sus callos que dictan la geografía

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santo domingo este Los meandros equivocaban su curso en cuyos giros los delirios enajenaban mis abrazos, las aguas desembocaban en los azules. 
Iban las vacas a beberme, con sus pezuñas pisaban las buganvilias de mi transparencia.
Los niños secos de alegría buceaban en mi luz gozada, abrían ciudades, desempolvaban la gracia de los barcos, pintaban con rabo de arcoíris donde pastoreaba la sangre y en cualquier recodo eclosionaban sus risas enloquecidas.
Las muchachas entendidas en espigas, contagiadas de las cosas que aprendieron los árboles, secuestraban el mar, creaban tormentas con la misma ternura que se desvisten los alhelíes.
Los campesinos con sus callos que dictan la geografía y en sus labios muerden el llanto de la historia, llegaban de dos en dos hasta el fondo para saciar la sed.
Cuando yo era un río, huía del hombre, cualquier tronco era mi almohada, tenían vuelos las raíces, en un amarillo dormía mi alegría, las aves algunas tardes me prestaban sus alas, y flotaba.
Aun no recuerdo cuando entré en este cuerpo que hoy me deshabita. 

 

   

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