Aprende a detectar y decir adiós a los malos amigos,

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7 tipos de malos amigos que deberías mandar a la mie***Hay una tendencia al auto engaño que nos hace proteger a aquellas personas que creemos son nuestros amigos, pero nos conviene identificar las malas amistades.Algunas relaciones, lejos de aportar beneficios y ayudar a crecer en lo personal, son destructivas y causan estragos en la autoestima. Alimentados por el desequilibrio, los malos amigos presentan dinámicas en las que uno da siempre más que el otro, y generan insatisfacción, asegurando también un círculo vicioso de problemas.Aunque parezca la definición de una mala pareja, es una modalidad que también se da entre amigos. Y cuanto más íntimos sean, más sucede. Esta des compensación, que en adultos suele generar malestar, en los niños es más perniciosa, porque les cuesta aún más tanto identificarla como reconocerla. Es importante, pues, identificar a estos malos amigos para mantenerlos bajo control.No podemos decir que exista una definición exacta, pero en términos psicológicos, definiremos al mal amigo como a aquel que nos hace sentir mal. Tan sencillo como eso. Ese malestar vendrá de donde venga y tendrá o no tendrá consecuencias graves después, pero como punto de partida, el termómetro de la descompensación en las relaciones se encuentra en la sensación de descontento ante la balanza de «el dar y el recibir».¿Te parece que el otro miembro de la relación está siempre contento y satisfecho, al contrario que tú?  Esta pregunta tan básica puede ser clave, puesto que la mera sensación de estar uno invirtiendo más que el otro es un buen indicador de que las cosas no van del todo bien. Esta inversión se entiende en todos los ámbitos de la relación: en lo material, en esfuerzo o en apoyo emocional cuando se necesitaDetectar los roles y aceptarlos, el primer pasoTodos tenemos ese amigo gorrón o ese otro bueno y cariñoso del que se puede abusar un poco. Pero también convivimos con el amigo que tratará de aprovecharse. En cada uno de nosotros existe una propensión a vincular de uno u otro modo, adquiriendo nuestro estilo mayor o menor fuerza dependiendo de con quién estemos tratando.Son cosas que debemos saber y que, si se detectan y está controladas, no tienen por qué presentar mayor problema. ¿Que el tema de conversación versa siempre sobre sus éxitos y bajo el prisma de nuestra mundana mediocridad? ¿Que siempre pagamos nosotros cuando quedamos a comer con ese amigo en concreto? Mientras sepamos que va a ser así de antemano y lo aceptemos, no hay problema..

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