Santo Domingo Este..La Situación del senador Antonio Tavera del PRM ha alcanzado un nivel crítico de indignación entre los residentes de los barrios de San Luis, Guerra y Boca Chica, quienes denuncian su total desaparición tras ser reelegido para un segundo periodo. A pesar de haberse presentado como un "líder" en su campaña, lo cierto es que ha dejado a su comunidad sumida en el abandono. Su oficina, ubicada en el ensanche Ozama, está cerrada, y según múltiples fuentes, ni siquiera responde a las llamadas telefónicas de los ciudadanos que necesitan su apoyo.
Tavera, quien se presenta como un empresario millonario, parece haber alcanzado sus objetivos personales sin preocuparse por las promesas hechas a su gente. La comunidad, cansada de ser ignorada, lamenta que, a pesar de recibir constantes votos, el senador no haya cumplido con su deber de generar cambios reales y mejorar la calidad de vida de los habitantes de Santo Domingo Este.
Lo más alarmante es que, según rumores que circulan entre los pasillos del Senado, Tavera no parece ser el único parlamentario que ha dejado de lado sus responsabilidades. Se habla de que muchos senadores, entre ellos él, están de "vacaciones" mientras continúan cobrando jugosas dietas sin rendir cuentas por su labor legislativa. La sensación general es de un sistema político desinteresado en las necesidades del pueblo, en el que las promesas se diluyen en la indiferencia y la corrupción.
Lo que antes parecía un político en ascenso, hoy se ha convertido en una figura desaparecida, cuya deserción podría marcar el fin de su carrera política, o al menos, el despertar de una ciudadanía que ya no tolera el abandono ni la traición de quienes prometieron servirles. La pregunta es: ¿Tendrá Antonio Tavera la valentía de regresar y enfrentar a sus electores, o se retirará definitivamente tras haber alcanzado sus propios intereses?