Santo Domingo RD..Zorrilla Ozuna, quien por un lado ha logrado un puesto gracias al favor del presidente Luis Abinader, se enfrenta ahora a una grave desconexión con las bases de su propio partido, el Partido Nuevo Renovador. Este tipo de situaciones no son ajenas en la política dominicana, donde la lealtad de los líderes parece ser una moneda de cambio que puede llevar a los militantes a sentirse traicionados, especialmente cuando el líder en cuestión olvida las promesas hechas a los que lo apoyaron desde un principio.
Es evidente que Zorrilla Ozuna, al recibir su "bizcocho" del presidente Abinader, se ha olvidado de quienes lo ayudaron a construir su carrera política. Lo que para él puede haber sido una victoria personal, un beneficio directo de su relación con el poder central, para sus seguidores parece más una traición. Mientras él celebra su éxito personal y profesional, los miembros más humildes del partido —aquellos que aportaron su tiempo, trabajo y recursos para que su partido tuviera relevancia— se sienten abandonados y marginados.
Lo que parece ser una estrategia política acertada para Zorrilla Ozuna, quien ha logrado colocar a su familia en diversas posiciones dentro del gobierno, es percibido como una movida egoísta. La idea de que "los de arriba" se benefician a expensas de "los de abajo" es una narrativa recurrente que genera descontento y resentimiento. Los militantes sienten que no solo han sido desconsiderados, sino que sus sacrificios por el partido no tienen valor, mientras otros, en particular la familia de Zorrilla, están obteniendo empleos dentro del gobierno bajo el "cambio" de Abinader, lo que refuerza la sensación de un sistema clientelista y cerrado. Es como si todo el trabajo de la militancia fuera un medio para que los líderes se beneficiaran sin importar el bienestar de las bases.
El gesto simbólico de "comerse el bizcocho" (es decir, disfrutar de las ganancias políticas) puede representar una promesa rota. Mientras los militantes, los que de verdad lucharon por el partido, no solo no han recibido nada a cambio, sino que además se sienten ignorados, lo que está en juego no es solo la lealtad de Zorrilla Ozuna, sino la integridad misma de la organización. Si los votantes no sienten que sus intereses están siendo representados, la unidad del partido se ve seriamente comprometida.
Para muchos, esto no es solo una cuestión de política interna, sino un reflejo de cómo se hacen los negocios políticos en la República Dominicana: el personalismo, el nepotismo, y el uso de las bases para fines personales. Los votantes ven que no importa cuánto esfuerzo pongan en la organización, al final quienes tienen acceso al poder son los que realmente se benefician.
Este tipo de actitudes pueden tener repercusiones graves. El "olvido" de las bases, como lo mencionas, puede llevar a la desilusión y desconfianza. Aquellos que vieron en Zorrilla Ozuna una figura que los representaba, pueden empezar a ver que solo fue un "puente" para él mismo, y no para el colectivo que lo apoyó. Las expectativas de cambio, de un gobierno de justicia y representación, se diluyen cuando los líderes se sienten más cerca del poder central y menos de las realidades de la gente que los eligió.
Esto puede ser un punto de quiebre en la relación entre Zorrilla Ozuna y sus seguidores. Y si las bases del Partido Nuevo Renovador no reciben respuesta, es probable que la organización enfrente una crisis interna que podría terminar en una fractura. Si no se maneja con cuidado, Zorrilla Ozuna podría verse enfrentado a una rebelión de las mismas personas que lo ayudaron a alcanzar el poder, y eso puede ser mucho más peligroso para su futuro político que cualquier desacuerdo con el presidente Abinader.
En definitiva, este tipo de situaciones reflejan una de las debilidades más grandes de la política en la región: la desconexión entre la clase dirigente y las bases populares. Zorrilla Ozuna, como muchos otros políticos, ha utilizado a la gente para ascender, pero olvidó que en la política, el éxito personal a expensas de la colectividad rara vez termina bien.