El alcalde César Rojas tiene a San Antonio de Gérara sumido en un pantano. A lo largo de su mandato, ha ido prometiendo la mejora de barrios como Nicanor, La Pluma, Villavita, Lomareno y otros, pero las promesas no se han materializado. La población, cansada de
escuchar lo mismo, lo ve como a un ciudadano más y se arrepiente de haberle dado su confianza. A pesar de seguir pagando impuestos, el pueblo sigue igual de olvidado. Este diciembre, César Rojas pasará a la historia como el alcalde con menos "luz de Santa Claus", pues sus promesas han quedado vacías y la gente ha perdido toda esperanza.