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En lugar de estar disfrutando en la tranquilidad de sus hogares o esperando la llegada del Año Nuevo de una manera más serena, muchos optan por las calles, creyendo que estarán más cerca de la suerte. Sin embargo, esta decisión a menudo termina afectando sus finanzas, ya que el ambiente festivo y el consumo desmedido de bebidas alcohólicas los lleva a gastar mucho dinero. Al amanecer, muchos de estos mismos individuos se encuentran sin recursos, ni siquiera para cubrir las necesidades básicas, como comprar alimentos esenciales.
Sería ideal que este año las festividades transcurran en un ambiente de paz y responsabilidad, donde los ciudadanos puedan disfrutar de las celebraciones sin poner en riesgo su bienestar económico o personal. Es crucial que se promuevan actividades que no solo garanticen la diversión, sino también el respeto y el cuidado mutuo entre los participantes, y que las autoridades mantengan un control firme para prevenir cualquier altercado o situación que pueda empañar la ocasión.
