Corrupción y desilusión: El Plan Social que ignora a los pobres y premia a los ricos"

Por Diego Torres a

Santo Domingo Este..Es preocupante que el Plan Social de la Presidencia de la República Dominicana no haya tenido un impacto positivo en muchas comunidades de Santo Domingo Este ni en las zonas rurales del país. En recientes visitas a localidades como Bayaguana (Monte Plata) y barrios de Boca Chica, se evidenció un abandono total de estas áreas, donde muchas viviendas y familias enfrentan condiciones extremas de pobreza. A pesar de la existencia del Plan Social, al preguntar a los residentes si conocían o habían recibido alguna ayuda, la mayoría desconocía completamente el programa o afirmaban no haber recibido ningún tipo de beneficio.

Según las denuncias de varios ciudadanos y algunos alcaldes de la zona, el Plan Social parece estar destinado a beneficiar principalmente a grupos con poder económico y político, como senadores multimillonarios y funcionarios de alto nivel, incluso algunos asociados a organismos internacionales como la ONU. Mientras tanto, las personas más vulnerables, las que realmente necesitan la ayuda, quedan excluidas del sistema.

A nivel local, los mismos alcaldes están enfrentando dificultades para conseguir recursos básicos, como alimentos, para repartir entre las personas más necesitadas. En muchas comunidades, incluso las ayudas más mínimas, como fundas con alimentos, son escasas, lo que agrava aún más la crisis humanitaria que atraviesan muchas familias.

Este tipo de gestión no solo afecta a las personas más necesitadas, sino que también pone en riesgo la imagen del gobierno. En lugar de ser una herramienta de ayuda social efectiva, el Plan Social se ha convertido en un tema de controversia y desconfianza. Para muchos, la percepción es que el programa está siendo mal administrado y que los recursos no están llegando a quienes más lo requieren.

Es urgente que el presidente Luis Abinader y su gobierno revisen la estructura y ejecución de este plan. La ciudadanía necesita ver resultados concretos y transparentes. Si la situación sigue de la misma manera, podría generar más descontento social, lo que podría afectar no solo al gobierno actual, sino también la credibilidad de futuras políticas sociales.

Es necesario que los programas sociales sean reformados para asegurar que los recursos lleguen a quienes más los necesitan: los más pobres y vulnerables. De lo contrario, el Plan Social continuará siendo un foco de críticas, y no un verdadero motor de desarrollo para las comunidades que más lo necesitan.