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SANTO DOMINGO ESTE. - Eusebio Disla Castillo, padre de un cabo de la Policía Nacional asesinado en la provincia de Samaná, denunció que los responsables de la muerte de su hijo, el cabo David García Alcántara y un civil, han sido dejados en libertad a pesar de las evidencias en su contra. El hombre solicitó al presidente Luis Abinader y a la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, intervenir en el caso y abrir una investigación sobre la conducta del Ministerio Público y los jueces que permitieron la liberación de los imputados.
El cabo David García Alcántara, quien pertenecía a la Dirección de Investigaciones Criminales (DICRIM), se entregó tras el asesinato de la víctima, mientras que el civil imputado, cuyo nombre no fue divulgado, fue arrestado in fraganti por la Policía luego de cargar el cadáver de la víctima y abandonarlo en una calle de la localidad de Samaná.
A pesar de que existían pruebas sólidas en contra de ambos acusados, como el hecho de que el civil fue detenido con el cadáver, el caso tomó un giro inesperado cuando, según Eusebio Disla, los imputados obtuvieron su libertad tras pagar un millón de pesos, información que el padre del agente asegura haber recibido de fuentes cercanas.
El señor Disla expresó su desconcierto y frustración al señalar que, a pesar de las evidencias y el sufrimiento que ha causado la pérdida de su hijo, los responsables fueron liberados por decisión de los jueces de la jurisdicción de Samaná. Además, afirmó que el cabo David García Alcántara todavía tiene en su poder la pasola de su hijo, lo que, a su juicio, refuerza la evidencia de la implicación del acusado en el crimen.
Ante esta situación, Eusebio Disla pidió a la Procuradora General de la República, Miriam Germán Brito, que abra una investigación profunda sobre la posible corrupción dentro del Ministerio Público y la judicatura en Samaná, que, según él, han actuado de manera irregular en este caso. Disla también hizo un llamado al presidente de la República, Luis Abinader, para que se tomen las medidas necesarias para garantizar que los responsables de la muerte de su hijo enfrenten la justicia.
El cabo de la Policía Nacional, asesinado en Samaná, era conocido por su dedicación al servicio público y su compromiso con la seguridad de la comunidad, y su muerte ha generado consternación entre sus compañeros de trabajo y los habitantes de la región.
