Reflexión de Sheila Martínez Un llamado a servir con amor y respeto en el 2025"

Por Sheila Martínez

Santo Domingo Este..Este es un tiempo de mucha reflexión, un tiempo para detenernos y pensar en el verdadero propósito de nuestras vidas. Nuestro Señor Jesucristo nos llama a servirle a Él y a los demás con un corazón lleno de amor, bondad y compasión. Es un llamado a actuar con generosidad, a hacer el bien sin esperar nada a cambio, y a poner en práctica los valores que Él nos enseñó.

Debemos trabajar con prudencia en todos nuestros actos. Esto significa tomar decisiones sabias, ser cautelosos en nuestras palabras y acciones, y siempre actuar con el corazón en el lugar correcto. Es fundamental recordar que nuestras acciones tienen un impacto directo en los demás, especialmente en aquellos que nos rodean, como nuestros hijos, nuestros padres y nuestros abuelos.

No debemos faltarles el respeto a nuestros padres, quienes nos dieron la vida y nos guiaron en el camino, y mucho menos a nuestros hijos, quienes miran hacia nosotros en busca de un modelo a seguir. Debemos ser conscientes de que cada uno de nosotros tiene una responsabilidad en la formación de las nuevas generaciones. Es nuestra tarea enseñarles a ser personas de bien, con principios sólidos y valores cristianos.

Además, debemos asegurarnos de no hacer las cosas "mal hechas". En todo lo que hagamos, debemos esforzarnos por dar lo mejor de nosotros mismos, porque nuestras acciones reflejan nuestra fe y el amor que sentimos por Dios y por los demás. Especialmente cuando estamos delante de los niños, de nuestros padres, de los abuelos, de aquellos que nos han cuidado y educado, debemos ser ejemplo de rectitud, honestidad y trabajo bien hecho.

Este tiempo de reflexión nos invita a considerar nuestras prioridades. ¿Estamos viviendo de acuerdo con lo que Cristo nos enseñó? ¿Estamos siendo ejemplos de amor, respeto y servicio en nuestras familias, en nuestra comunidad y en nuestro entorno? Este es un tiempo para hacer un alto en el camino y reorientarnos hacia los valores que realmente importan: el amor, la paz, la paciencia y la generosidad.

Que este 2025 sea un año de crecimiento espiritual y personal. Que podamos aprender a servir con humildad y a ser luz en la vida de los demás, guiados siempre por la sabiduría y la gracia de nuestro Señor. Que nos esforcemos por hacer el bien, no solo por nosotros mismos, sino por el bien de todos aquellos que nos rodean. Recordemos que la verdadera grandeza está en servir con un corazón puro y en hacer lo correcto, sin esperar recompensa, sino por amor a Dios y a los demás.

Que Dios nos guíe y nos bendiga, y que este año podamos vivir de acuerdo con su voluntad, siendo siempre fieles en nuestro propósito de hacer el bien y ser un ejemplo de amor y respeto en todo momento.