Santo Domingo Este..¡Por fin! Finalmente, el Colegio Dominicano de Periodistas se ha dignado a incluir en la agenda pública el problema de los bajos salarios que reciben los y las periodistas. Lo ha hecho a través de su seccional en el Distrito Nacional, la cual denunció que la mayoría de los periodistas perciben sueldos que oscilan entre RD$20,000, RD$30,000 y RD$35,000 al mes. ¡Sueldos de hambre! ¡Sueldos de miseria!
Explicaron que, tras un levantamiento en al menos 100 medios nacionales, que incluyó a más de 200 periodistas, determinaron que los salarios de estos profesionales llevan cerca de una década sin ajustes significativos.
De entrada, felicito a la directiva de la seccional, porque llevo años insistiendo en la necesidad de que el gremio periodístico asuma el tema salarial como una de sus principales causas. Así lo planteé cuando Olivo De León y Aurelio Henríquez me invitaron a participar en una ocasión en la directiva.
Sin embargo, lamentablemente, no tuve éxito. Digamos que en ese momento me sobraban juventud y candidez, y me faltó estrategia para convencerles de que, más allá de las pensiones, las dádivas y los regalos para las fiestas y encuentros sociales, era imprescindible poner en agenda el tema salarial. Eso, sumado a un mayor acompañamiento a los periodistas —más allá de la élite y los famosos de la profesión—, habría servido para convencer a los egresados nuevos y a los periodistas jóvenes de que sí valía la pena integrarse al gremio. Pero fracasé en ese entonces.
No obstante, nunca es tarde si la dicha es buena. Por eso celebro que, finalmente, este tema haya sido asumido tanto por el Colegio de Periodistas como por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, que preside el buen amigo José Beato.
La demanda no es ninguna necedad. La remuneración adecuada en profesiones clave como el periodismo está directamente relacionada con las garantías democráticas.
Salarios justos permiten que los profesionales no se vean en la necesidad de tener dos, tres y hasta cuatro trabajos, lo que les impide profundizar en sus tareas cotidianas y continuar con su formación. Además, evitan que periodistas talentosos emigren a otras áreas de la comunicación y hacen que la profesión sea atractiva para buenos candidatos.
Asimismo, disminuyen la vulnerabilidad frente a propuestas indecorosas. Ojo: no es que los salarios bajos justifiquen la corrupción profesional ni que los salarios altos la eviten. Todos conocemos periodistas pobres y honrados, y otros con fortuna, pero sin ética. Lo que sí es cierto que un sueldo digno es un derecho fundamental para todos los trabajadores, incluidos los periodistas, y que recibirlo contribuye a fortalecer la integridad profesional. ¿O acaso no es por eso que el Estado y el sector privado pagan sueldos elevados a quienes desempeñan funciones de fiscalización y supervisión? El periodista también es una especie de auditor del cumplimiento de las leyes, de las garantías de derechos y de las prácticas sociales, por lo que también merece buenos salarios.
En realidad, en este país, son muchos los sectores que merecen mejores sueldos. Y los periodistas no son la excepción