santo domingo este Hoy que está de moda el tema de la educación en todo el territorio nacional nos invade la tentación de buscar respuesta a muchas interrogantes que surgen en la medida en que nos detenemos a observar la preocupante realidad que vive la educación dominicana en el presente.
Nunca como hoy se había invertido tanto dinero en la enseñanza pública. Sin embargo, la calidad de la misma anda por debajo de la mayoría de los países vecinos, y se encuentra compartiendo los niveles más bajos con el hermano pueblo de Haití.
Nuestra educación en muchos casos parece estar anclada en oscuros pantanales. La buena voluntad de algunos funcionarios y el esfuerzo de muchos docentes, no han sido suficientes para contrarrestar las innumerables calamidades que la embisten obstruyendo el libre desarrollo de la misma.
Recuerdo con qué facilidad hacíamos una composición acerca del árbol, la lluvia, los Padres de la Patria, la Independencia Nacional, entre otros temas significativos, cuando aun cursábamos el 5to. grado del nivel básico. Hoy lamentablemente algunos estudiantes de ese mismo grado tienen dificultad para escribir un simple párrafo.
Hay que reconocer los esfuerzos que el ministerio de Educación ha venido realizando en los últimos años. Incluso, ha organizado innumerables jornadas valiosísimas en pro del mejoramiento de la calidad de la educación, pero a pesar de todo, la enseñanza sigue con muchas averías que reparar.
Después de realizar diferentes talleres, diplomados y jornadas pedagógicas es innegable que el maestro ha mejorado su capacidad de enseñar, incluso, podríamos decir, que también ha mejorado en cuanto al manejo y organización de la enseñanza, sin embargo, el problema persiste.
No han sido suficientes los diferentes modelos que hemos seguido, ni los cambios de paradigmas, ni la titulación de los docentes, ni la sustitución de las Escuelas Normales por universidades… indudablemente parece que seguimos anclados en oscuros pantanales de donde no saldremos por ahora.
¿Será, el de la educación dominicana un problema solamente de fondo?¿O será simplemente un asunto de forma? ¿Será que urge poner en práctica aquella sentencia romana que reza: “Que los carnets políticos sedan el paso a las togas y los birretes”? ¿Será que habrá que recurrir a los antiguos métodos de enseñanza con los que se formaron los que hoy son excelentes profesionales de la palabra oral y escrita?
Sin duda en nuestras mentes surgen muchas preguntas más, todas probablemente tienen respuesta. Cada persona doliente de esta realidad, naturalmente, tiene sus propios criterios sobre el por qué de cada detalle y qué hacer para mejorar dicha situación.
La licenciada Antipas Chalas Ramírez, egresada de la Escuela Normal Américo Lugo de San Cristóbal en el año 1975, nos dejó conocer su parecer sobre diferentes tópicos del tema que aquí nos ocupa.
La profesora Chalas es la hija más pequeña de doña Sixta Ramírez una madre que además de otorgarle el calor de progenitora, el mayor aliento que le pudo brindar consistió en que cuando regresaba de la escuela, a pesar de ser una señora iletrada revisaba sus cuadernos con una sonrisa en los labios. “Eso nunca lo puedo olvidar” Nos dice la profesora Antipas como si quisiera reencontrarse con aquellas pupilas maternas que irradiaban la ternura de un corazón que ama y anima a seguir adelante.
La licenciad Antipas Chalas incursionó en el ministerio de educación en el año 1975, es decir, en el mismo año en que egresó de la escuela normal.
Se inició en la Escuela Rural El Ranchito de Yamasá, en donde se desempeñó como directora. Para llegar a ese centro educativo tenía que caminar una distancia de 6 kilómetros desde su casa por caminos solitarios y en pésimas condiciones.
En aquellos días el sueldo de la maestra era de 90 pesos más 10 que recibía por ser directora, para un total de 100 pesos mensuales. Desde sus comienzos como maestra sintió gran inclinación por la enseñanza de la Lengua Española, convirtiéndose esta asignatura en su plato fuerte como educadora.
Uno de los rasgos distintivos de esta educadora fue siempre su disposición de cooperar con sus estudiantes, motivándolos a alcanzar su superación, no sólo en lo académico sino también en lo integral y en lo social.–“Tengo varias anécdotas de algunos jóvenes estudiantes que a punto de abandonar sus estudios me les acerqué y los motive a continuar hacia adelante.
Hoy algunos de ellos ya realizados al verme me expresan su agradecimiento con frases que no puedo olvidar, porque aunque parecen exagerados, sé que lo dicen desde lo más profundo de su corazón, por ejemplo, el caso de uno de ellos que siempre me dice:”Por usted hoy soy gente”.
La profesora Chalas dice que hubo una maestra que dejó huellas positivas en su vida, se refiere a la maestra Martha Perdomo, hermana del cantante Peter Cruz, porque ella le sirvió de motivación para seguir estudiando. Entiende que existen varios maestros y maestras de su contemporaneidad que le merecen una mención especial, tales como la licenciada Justina de Paula, licenciada SeferinaManzueta, licenciada Santa Severino Quezada y el licenciado Sotero Bello Martínez, entre otros tantos que a su parecer enseñaban con carisma, dedicación y entusiasmo.
Hoy día hay maestros que como los mencionados arriba, desempeñan sus funciones con un gran espíritu de trabajo responsable y motivador. Son maestros que siempre están en la mejor disposición de sacrificarse con tal de que los estudiantes que pasan por sus manos obtengan los mejores beneficios de su labor docente. Son maestros que no solo se limitan a realizar las tareas que especifica un plan de clase, sino que miran más allá de la rigurosidad de un horario de clases, las necesidades individuales y las respectivas demandaspedagógicas y afectivas de cada educando.
En cambio, sigue diciendo la maestra, existe otro grupo de educadores que adolece de esas virtudes. Se limitan a lo que dice el programa de clases y se pierden en el camino, porque se quedan en las letras de una planificación sin poner los pies sobre la tierra y se olvidan que cada estudiante tiene unas necesidades particulares, y que no son un objeto, son seres humanos con necesidades tan diferentes como las realidades en que vive cada uno.
Otro grupo de maestro consiste en los que han tomado la política muy a pecho, son los que piensan que por pertenecer al partido que está en el poder tiene derecho a hacer las cosas medalaganariamente sin importar que sus estudiantes no aprendan.
Son estos los que promueven niños al grado superior inmediato sin haber impartido un mínimo de los contenidos indicados. Y dentro de este grupo, aparen maestros que no son capaces de dar seguimiento a las necesidades de los alumnos, y nunca corrigen por ejemplo, las necesidades ortográficas en los trabajos que revisan.
También existe el grupo de maestros que por no pertenecer al partido que está en el poder, se niegan a hacer bien las cosas. Toman las aulas para hacer oposición al gobierno de turno, y como los anteriores, no les importa el futuro de los estudiantes. Hacen promociones sin haber impartido las enseñanzas indicadas por el ministerio.
Gran parte de los males que arrastra la educación nacional tiene sus raíces en esta situación. En este caso nos estamos refiriendo a diferentes grupos de maestros que por pertenecer o no al gobierno, se apartan de los principios de la educación y hacen las cosas a su manera propagando una epidemia de incompetencia en los estudiantes que tienen la desgracia de ser sus víctimas.
En este sentido la profesora Chalas dice que la educación se ha convertido en una institución utilizada por los gobernantes para otorgar favores a sus adeptos, lo que de vez en cuando acarrea una estela de malestar tanto en los resultados de las asignaturas que imparten, como en los colegas que suelen ser suplantados por recién nombrados, los cuales caen en posiciones que les correspondían a otros por su buen desempeño y o tiempo en servicio.
Es necesario que nuestras autoridades sigan profundizando sobre este gran problema. Ojalá se pueda aplicar en su plenitud el pensamiento romano que dice: “Que los carnets políticos sedan el paso a las togas y los Birretes”.
La profesora Chalas ha ocupado algunos puestos en sus funciones de maestra, tales como directora de centro, docente, orientadora, y subdirectora, título este último con el cual fue jubilada.
En sus 35 años de servicio, ha observado que en muchos renglones, los estudiantes de ayer aventajaban a los de hoy, a saber: los estudiantes de los años 80 a los 90, eran más atentos, más valorativos, respetuosos disciplinados, obedientes y creativos, en cambio, hoy nos encontramos con algunas conductas que dejan mucho que desear: a muchos estudiantes de hoy no les gusta investigar no respetan nial profesor, ni asus compañeros, ni a sus padres, no valoran a nadie,no existen las frases de cortesía en sus expresiones, en cambio dicen muchas palabras groseras en cualquier lugar y en alta voz, en frente de cualquier persona sin importar rango, familiaridad, sexo ni investidura, sin duda, dice la profe, son generaciones muy diferentes, aunque hay también otros en el grupo de hoy,que son muy buenos.
Hay quienes aseguran que cuando las monjas dirigen un centro educativo las cosas siguen el rumbo correcto, por lo que consideran que si toda la educación nacional estuviera en sus manos, los niveles de calidad de la misma fueran muy diferentes.
En este caso, la licenciada Chalas recuerda haber sido estudiante del Colegio Fray Pedro de Córdoba, el cual estuvo dirigido por monjas canadienses, de la congragación de La Inmaculada Concepción. La calidad de la educación y los valores eran norte y guía de aquel centro. En la comunidad de Consuelo en el Este del país, también tuvieron aquellas monjas y los resultados están ahí, palpables esparcidos por todo el territorio nacional clamando por una reconsideración en los planes, tanto de fondo como de forma en nuestra educación nacional.
Al parecer, no se trata de usar o no usar los libros de una u otra editora, ni es solamente asunto de cambio de paradigma, ni tampoco de experimentar con métodos importados que en otros escenarios dejaron los frutos esperados,parecería que se trata de concienciar al docente, impregnando la labor educativa de seriedad, de sana conciencia y amor por el bienestar de los estudiantes y el país en sentido general. Es que el maestro dominicano sabe hacer lo que tiene que hacer. Ningún maestro sabe planificar mejor que los nuestros. El maestro dominicano sabe enseñar hasta sin recursos didácticos. Lo que falta es otra cosa y es tarea de todos y de todas descubrirlas y luchar por su ejecución.
En virtud al planteamiento anterior, nuestra invitada hace la siguiente sugerencia alas autoridades correspondientes: --“Señores administradores de la educación dominicana, creo que es preciso hacer una reflexión en la penumbra de sus respectivas habitaciones para que analicen si el esfuerzo que hasta ahora han venido haciendo están contribuyendo de manera efectiva a la formación de los verdaderos ciudadanos que la patria necesita”.