Por Diego Torres
Santo Domingo Este..Parece que el descontento dentro del PRM está creciendo, y el presidente Luis Abinader enfrenta una situación cada vez más delicada. La base del partido, especialmente los militantes de a pie, están viendo cómo los empleos y beneficios que se prometieron no se están materializando como se esperaba. Muchos miembros del PRM y sus aliados políticos se sienten traicionados, ya que se ha dado prioridad a los familiares y allegados de algunos dirigentes, mientras que la mayoría de la militancia sigue luchando por acceder a empleos o recursos.
La frustración es palpable, no solo en los barrios, sino también en sectores rurales como los campesinos, que se sienten abandonados, sin acceso a los tractores y apoyos del Banco Agrícola que se les prometieron. A medida que estos problemas se acumulan, la presión sobre el presidente Abinader aumenta, ya que su imagen podría quedar seriamente afectada si no toma medidas contundentes.
El malestar ha llegado a las altas esferas, e incluso se comenta que hasta el Palacio Nacional se está respirando un ambiente tenso. Si Abinader no logra recomponer la relación con su base y hacer frente a estas demandas, podría enfrentarse a un desgaste significativo en su apoyo popular. Algunos analistas sugieren que el presidente debe tomar decisiones drásticas y apartar a aquellos que no están cumpliendo con su responsabilidad de atender a la militancia y a los sectores más necesitados.
El PRM se está desmoronando desde dentro, y este malestar podría tener consecuencias graves para la continuidad del gobierno, si no se toman decisiones claras y efectivas en el corto plazo. La imagen del presidente está en juego, y cada día que pasa sin una respuesta efectiva puede aumentar el descontento generalizado.