Diego Torres Expresa su Dolor por la Desigualdad Social y un Llamado a la Justicia en Esta Navidad"
Santo Domingo Este..esta Navidad, Diego Torres comparte un mensaje cargado de reflexión y dolor por aquellos que no podrán disfrutar de una cena navideña, ni pasar este día tan especial con sus seres queridos. En sus palabras, lamenta profundamente la situación de quienes no tienen la dicha de estar con sus padres, hermanos, hijos o amigos en estas fechas, y cuestiona cómo el sufrimiento de los más vulnerables parece no ser una prioridad en la sociedad.
Torres recuerda que Jesucristo, en su paso por la Tierra, eligió vivir y crecer al lado de los más pobres. A pesar de su ejemplo de humildad y amor, fue traicionado por los poderosos, aquellos que, junto con un sector vulnerable, socavaron sus enseñanzas. Este contraste, según él, se repite hoy, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo, donde las desigualdades sociales y económicas parecen expandirse cada vez más.
Hoy, para Torres, es un día de dolor. No solo por la falta de unión familiar en muchos hogares, sino también por la pérdida de principios en la sociedad. Él observa con tristeza cómo en República Dominicana, y en muchos países, la clase política y los sectores poderosos han olvidado los valores fundamentales de justicia, equidad y solidaridad. La desigualdad, la pobreza y la exclusión social continúan siendo una realidad para miles de familias, especialmente en las zonas rurales y más empobrecidas.
En su mensaje, Torres se refiere directamente a la situación de los campesinos, quienes ven cómo les arrebatan sus tierras y recursos, mientras que las grandes empresas y sectores privados, en complicidad con el Estado, se benefician del saqueo y explotación de los más vulnerables. “Hoy en día, muchos de nuestros hermanos campesinos no tienen acceso a la tierra que cultivan, no tienen las oportunidades para mejorar sus vidas, y no cuentan con una voz que los defienda. Es una realidad dolorosa que no puede seguir siendo ignorada”, dice Torres.
Además, señala que muchas familias en los barrios más pobres ni siquiera tienen lo necesario para alimentarse, mientras que las puertas del empleo y la dignidad se les cierran constantemente. Para él, esta Navidad debería ser un recordatorio de lo que falta, de lo que se debe cambiar, y de cómo la justicia social y los derechos humanos deben prevalecer sobre el egoísmo y la codicia de unos pocos.
“Hoy, cuando muchos celebran, pienso en aquellos que no tienen lo más básico: comida, techo, trabajo, ni una oportunidad de salir adelante. La Navidad debería ser un momento de reflexión y acción. Un momento en el que recordemos que, si no luchamos por la justicia y la equidad, no habrá paz ni amor verdadero. La Navidad no puede ser solo un día de fiesta, sino una oportunidad para pensar en los que no tienen ni lo más básico para vivir con dignidad”, expresa.
Torres hace un llamado urgente a cambiar este sistema desigual. Señala que la verdadera felicidad, paz y amor solo se lograrán cuando se respeten los derechos de todos, sin importar su condición social o económica. Un futuro mejor es posible, pero para ello es necesario luchar por la justicia, por la igualdad y por el bienestar de los más necesitados. Para él, el cambio solo llegará cuando los más poderosos dejen de explotar a los pobres y cuando se respete el trabajo, la vida y los derechos de los más vulnerables.
En sus conclusiones, Torres expresa la esperanza de que, aunque el camino es difícil, algún día el sistema cambiará. “Cuando la Tierra reviente y todo lo que hoy conocemos colapse, tal vez sea el momento de la transformación, el momento en que el sistema de paz y felicidad llegue para todos. Que el hambre, la pobreza y la injusticia se erradiquen, y que cada ser humano pueda encontrar en su país un lugar de respeto, de oportunidades y de esperanza”, afirma.
Este mensaje, publicado en Al Instante Diario, resalta el compromiso de un periódico independiente que no está atado a intereses ni compromisos con sectores oscuros o corruptos. Torres cierra con un fuerte llamado a la reflexión y al cambio, porque la verdadera Navidad debe ser una celebración de justicia, de amor por el prójimo y de un compromiso firme con los más necesitados.