Por Valentín Medrano Peña
Lamento mucho la triste partida a brazos del señor del fiscal Orlando de Jesús, un gran servidor, un buen fiscal, decente y elegante en su vida, en sus funciones, en el trato y en su voz siempre conciliadora. Su partida obliga a la discusión del sistema de pensiones y jubilaciones para fiscales, seguridad laboral, seguridad social y jurídica.
Los fiscales se juegan su vida, las ponen en riesgo con las de sus familiares, ponen en las cárceles a las personas peligrosas y administran odios.
Los fiscales son tan merecedores de un plan de pensiones y jubilaciones como los policías, los militares, los jueces, los maestros, los legisladores, los funcionarios públicos de carrera, y sin embargo, ante un vendaval de pensiones especiales a personas que no han dado un solo día de servicio a la nación, que no han mostrado la vocación y la entrega de los ministerios públicos, hoy llamados independientes, pero sin seguridad y a expensas de todo