*San Luis, RD* — El Centro Clínico y Diagnóstico de Atención Primaria de San Luis, que alguna vez fue un orgullo para la comunidad, hoy es un sombrío recordatorio del abandono. Inaugurado por el expresidente Danilo Medina, este centro, que en su momento estuvo completamente equipado y en óptimas condiciones, ahora languidece tras los barrotes de acero oxidado y las cadenas que sellan su entrada.
Mientras esto ocurre, los más de 40,000 habitantes de San Luis se ven obligados a trasladarse al Distrito Nacional, Santo Domingo Norte y la Fuerza Aérea de la República Dominicana en busca de atención médica. La situación es aún más crítica para muchas comunidades aledañas, como El Naranjo, El Cabreto y La Reforma.
La entrada del centro, los candados oxidados cuentan la historia de un lugar que alguna vez representó esperanza y que hoy se encuentra a merced del deterioro. La verja perimetral, que debería ofrecer seguridad, se desmorona, y las puertas caen a pedazos, afectadas por el tiempo y la falta de mantenimiento.o
En el interior, las paredes desgastadas y las filtraciones son solo una parte del problema; la sala de emergencias, que debería ser un refugio para los enfermos, ahora es un foco de contaminación: charcos de aguas negras y lodo acumulado amenazan la salud pública. Bolsas de basura apiladas evidencian la falta de atención y la creciente desesperación de los residentes, quienes no tienen un lugar digno donde recibir atención médica.
La administración del presidente Luis Abinader ha sido duramente criticada por su promesa inconclusa de mejorar la infraestructura de salud en San Luis. Mientras tanto, la comunidad sigue esperando soluciones. Los lugareños claman por una respuesta y un compromiso real con su bienestar.
Actualmente, los residentes de San Luis deben acudir a chequeos médicos en el Hospital Ramón de Lara, en clínicas privadas o en el centro de salud ubicado en el sector Almirante de Santo Domingo Este. En ese orden, el Centro de Atención Primaria Ozama lucha por brindar atención básica, a pesar de la escasez de medicamentos e insumos. Además, el antiguo local del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, que en su momento sirvió a trabajadores cañeros, fue convertido en una farmacia del pueblo y en oficinas administrativas, lo que no es suficiente para cubrir las necesidades sanitarias de la población.
Con un centro de salud emblemático cerrado y en ruinas, la comunidad se pregunta: ¿cuántas vidas se podrían haber salvado si este establecimiento hubiera seguido funcionando? La falta de atención a estos espacios sanitarios pone en riesgo la salud de miles de personas.
La historia del Centro Clínico y Diagnóstico de Atención Primaria de San Luis es un recordatorio de que la salud de un pueblo no debe ser un tema de descuido, sino una prioridad.